domingo, 21 de octubre de 2007

Que sería de mí....si no te hubiera encontrado?


...Y me imaginé como sería mi vida sin vos...
Estaría apagada, gris...
Seguiría siendo "Vanina" en vez de "Morena"...
Seguiría siendo esa persona que tanto detesté...
Seguiría cometiendo los mismos errores una y otra vez...
Seguiría rompiéndose mi corazón y yo tontamente dejaría que me lo rompieran...recogiéndolo a pedacitos....
Mi vida pasaría así como así....y yo mirándola desde afuera como un tonto espectador, viendo cómo los días se me escurren, las horas se me esfuman de las manos....
Seguiría pensando en vos como mi utopía, como mi príncipe azul de ese cuento de hadas que nunca me tocó protagonizar...
Seguiría escuchando las canciones más hermosas y llorando por no tener a quién dedicárselas....
Seguiría viviendo una mentira, no una realidad.
Seguiría en la fea, triste, sucia, inmunda, horrible, cansadora rutina del trabajo, universdad, casa....sin nada que me diera ganas de seguir adelante...

Pero NO....por suerte te encontré...y cambió mi vida...di un giro de 180º...un giro inesperado...porque cuando menos te busqué....ahí te encontré...ahí te apareciste.
Porque cuando bajé mis brazos....viniste en una brisa a levantármelos nuevamente, esta vez en señal de triunfo.
Porque al fin puedo ser feliz....
Porque al fin puedo estar tranquila...
Porque al fin puedo amar y ser amada de la manera que siempre quise....
Y al final...somos "heroes anónimos", porque "algunas personas están hechas para algo más"....Y sé que nosotros somos de esas personas...

Y por fin nos encontramos para dejar de sufrir...Y ser felices...Por toda la ETERNIDAT!!!!!!!

Te ama....tu More :D

martes, 8 de mayo de 2007


Hace rato que no escribo nada...estuve adormecida en un cuento de hadas...MI cuento de hadas...el que había soñado hace tanto tiempo...y fue mejor de lo que me esperaba!


4 perfectos días...


Te ví apenas llegué...no había una marea de gente como me había imaginado...sólo unas pocas personas con carteles...pero entre todos ellos...el primero que vi fue el tuyo...y me emocioné tanto...quería dejar mi valija ahí e ir a tu encuentro, quería sumergirme en esos brazos y ... no despertar jamás...

En tu casa...me ahogué en tus besos, caricias y abrazos...encontré mi cielo, VOS sos mi cielo...

Las palabras no ayudan, lo único que hacen es confundirme...si pudiera expresar mis sentimientos en un papel tal cual son...como me siento en este momento de mi vida...sería tan fácil! Y no lo es para nada...En el momento en el que me subí en ese avión de vuelta a Buenos Aires...en el momento en el que me di cuenta que no te iba a ver de nuevo hasta septiembre...empecé a idear mi escape...Y lloré, lloré como nunca....(como te conté) Jamás me sentí tan triste! Haber compartido con vos tantas cosas que me imaginé siempre...me hicieron dar cuenta que no quiero estar lejos tuyo un segundo de mi vida...nunca más...porque una vez que te encontré...no quiero perderte!

Al llegar a Quilmes...me sentí un poco mejor...la congoja se disipó de mi corazón...y acá estamos...soñando nuevamente porque te extraño...porque quiero sentirte de nuevo...porque brillo solamente si vos brillás...Y me hacés tan feliz, pero tan feliz...que realmente puedo decir que en mis 24 años...a un mes de mis 25...nadie me hizo, ni me hace, ni me va a hacer tan feliz como vos lo hacés...TE AMO...TE EXTRAÑO...Pero ya falta menos...es la cuenta regresiva...50 para atrás...


Te adora...Tu Morena!

martes, 10 de abril de 2007

Despertar


Sin buscarte, te vi...

Tu brillo me atrajo hacia vos.

Iba a los tumbos por la vida, perdida,

sin saber a dónde quería llegar ni que debía hacer.

Aunque dentro mío sabía que estaba mal...

no me podía alejar....

Y te me aparecés, me aferro a vos, no te quiero soltar....

Ves belleza donde los otros ven fealdad.

Ves alegría donde los otros sienten indiferencia

Donde los demás pasan y tratan de no mirar...encontrás lo que ellos no saben ver.

Ves lo bello en lo cotidiano.

Sabés captarlo, capturarlo y guardarlo. Y es perfecto...

Perfecto como cada momento que compartimos a partir de ese día

que supe verte, encontrarte, sentirte...

A pesar de la distancia...me hacés feliz!


(Es incomparable con lo que escribiste...pero éste es mi pequeño regalo, espero q te guste)

viernes, 30 de marzo de 2007

Adiós..que te vaya bien...

Adiós...q te vaya bien

¿En que momento dije basta? ¿En que momento pasaste de ser mi compañero, mi amigo y mi alegría a ser tán sólo la pesada tristeza de un domingo? ¿En que momento dejé de sentir y me convertí en una piedra, fría, solitaria y malditamente agresiva? ¿En que momento dejé de ser feliz? ¿En que momento estar al lado tuyo pasó a ser una terrible agonía? Agonía amarga, lenta, angustiante, asfixiante...Que terrible lo que digo, que horrible...Que horrible no poder evitar que me surja escribir esto...que tremendo que es haberte amado una vez y que hayas sido mi mundo, que haya sentido que al lado tuyo podía llegar a ser todo y ahora, al volver al estado natural, sienta que fue todo en vano...que soñar cuesta caro...y que lo único que gané son estas heridas absurdas que de ninguna manera tendrían que haber formado parte de mí...¿Cuando dejé de tenerme amor propio para terminar estando a tu lado, ciega hasta el hartazgo, negándome a ver que jamás tendría que haberte tomado de la mano, que lo que fue tan lindo y emocionante en un momento terminó siendo una tediosa rutina....?
¿Cómo dejaste que lo que teníamos se fuera desgastando hasta el punto en el cual detesté que me rozaras con tus manos, que me dijeras “Te amo”, que me miraras con esos ojos en los cuales me vi miles de veces hermosa, y ahora me veo como un monstruo cansado?¿Cómo pudiste permitir que se secara cualquier sentimiento que tenía dentro mío hacia tu ser?
¿Cuando decidiste levantar esa mano que me acariciaba tan dulcemente noche tras noche para lastimarme? ¿Cómo alguien puede hacer eso? En que cabeza cabe...que te haya dado oportunidad tras oportunidad después de eso...que infantil , inconciente, inocente y miserable me siento...Te seguía sonriendo...te seguía abrazando y deseando lo mejor...hasta que te metiste con lo que más amo, con lo que nadie que esté al lado mío se puede meter...Nadie, jamás, me va a hacer perder la meta en mi vida, entendes? No, se que no podés entenderme porque nunca tuviste un objetivo...nunca te dolió nada...y la fría persona en la que decís que me convertí, siente, y mucho, y le duele, y llora por las noches, cuando nadie la ve...Sufre porque la están pinchando donde más le duele, están tratando de que mis sueños, mis objetivos y deseos se vayan al tacho. No, que vas a entender vos...¡Cuánta mediocridad me rodeaba! ¡Que suerte que me di cuenta antes de que fuera demasiado tarde!
No, no me malinterpretes, por favor, no quiero que llores, ni que pidas por favor...no hay vuelta atrás...Cuando tomo una decisión no hay nada que hacer. Corazón...un (gusto?) haberte conocido, pero este cuerpito se va a dormir...y de ahora en más sin vos a mi lado.

(12/08/2006 2:10 am)

Bipolaridades

Ya falta una hora para que me vaya...Mientras miro los autos y colectivos que pasan, me siento tan bipolar...Por un lado el día me anima, me sonríe...es sábado y hoy a la noche voy a ver a mis secuaces (tu alumna preferida y sus secuaces, ¿te acordás?) Las tres Mosqueteras...y D’ Artagnan. Por otro lado, esta perra monotonía que me ladra con enojo. Me ladra y me dejo morder (¿Perro que ladra no muerde? Mentiras! La vida está llena de mentiras...) Estas putas cuatro paredes blancas, siempre las mismas (para colmo cuando estaban cambiando por la suciedad, vienen y me las pintan!) Las mismas PC’s, los mismos recetarios, pacientes, gente, medir, recetas, turnos, teléfono, fichas...¡Que agobiante, que agotador! Es una cinta de Moebius...es interminable...¿Porqué tengo que esperar a tener 60 años para jubilarme? Eso quiere decir que me faltan 40 años para que llegue ese día.. ¿Porqué no puedo trabajar de lo que quiero? Encima con todo lo que pasa con mi adorada EMBA, el amor de mi vida, las cosas se tornan cada vez más borrosas, más lejanas...igual que ese café pendiente...todo se aleja...y me dan ganas de alejarme a mí. De alejarme de todo y de todos: de ir a para a una isla caribeña desierta y no saber nada más de nadie. De irme me llevaría papel y lápiz (más pinzita de depilar, no vaya a ser cosa que una tenga un accidente y la encuentren toda mormosa) Lo único que necesito para subsistir, y alienarme de la sociedad. Pero bueno, después pienso que es sábado otra vez...y que faltan sólo dos días para verte...Aunque sea te veo. Me conformo simplemente con mirarte. Mi vida es tan simple desde que te conozco un poco mejor...Mi felicidad se resume a un par de mails, unas miradas...y espera que nos podamos encontrar algún día. La felicidad se resume, a pesar de todo, a una mirada. A un nombre (el mío, dicho por vos) un roce...trivialidades, cosas pequeñitas que atesoro como Chiyo atesoraba el pañuelo del director... Claro, la felicidad, cuando uno está bien, pasa por estas cosas. Nimiedades...pero que valen como oro. “tonteces” como digo yo, pero que al final del día me hacen ir a dormir con una sonrisa en la cara.
Bueno, se hace tarde..Son las 17:30 hs...falta menos para marcar esa tarjeta y ser libre (hasta el lunes) Voy a contar la plata de la caja...Perfecto, como siempre. Me voy, nos vemos mañana, quizás. Adiós.

(Sábado 12/08/2006 17:30 hs.)

Espero no molestarte

Espero no molestarte

Y me despierto, salgo y siento
Por primera vez, que todo está bien...
Y tengo miedo, porque pienso
Que no es más que un sueño, que sigo soñando, otra vez...
Pero no, no lo es...y nuevamente soy feliz, feliz cuando te veo
Feliz cuando sonreís, te hago sonreír...
Felíz cuando me mirás cuando hablamos...¡Cómo nos miramos!
Tengo muchas ganas de encontrarte, poder mimarte y que durmamos juntos
abrazados toda una noche.
Tengo muchas ganas de salir a buscarte,
encontrarte y admirarte, como lo hago
cada vez que te veo.

(Escrito el 16/08/06)

A mi Otra Parte...

Quiero dormir, quiero ser feliz, quiero que me quieran (Tal cual como soy) Quiero que alguien pierda la cabeza por mí como yo alguna vez la perdí por alguien...
Quiero que me entiendan sin juzgarme.
Quiero encontrarte y bailar con el sonido de la lluvia para vos, otra vez, porque se que te encanta...
Se que te gusta oir que te cante al oído las canciones que adorás.
Abrazarme y ronronear...
Quedarnos juntos en la cama, por un rato, nada más.
Jugar con las almohadas, hacernos un bollito y dormitar.
Hablar sentados en la alfombra, sobre donde nos gustaría estar.
Contarnos historias que nos hagan asustar.
Dejarte acariciar mi pelo para irme a acostar.
Dar vueltas juntos en el suelo, mirar el cielo, sin pensar en nada más...
Estar en el mar juntitos, caminar de la mano cuando hace frío, molestarnos en verano, dormir hasta tarde...
Sentarnos uno frente al otro diciéndonos cosas sólo con la mirada.
Mirarte mientras estás dormido... que toques tu guitarra.
Quedarnos en la oscuridad con nuestros gatos...
Tirarnos en la arena, mirar y sentir el mar...
Que me enseñes cosas de tu carrera, que me mires pintar, que me cuentes lo que aprendiste, escucharte cantar...
Que tengamos esos locos proyectos juntos,
salir a caminar sin rumbo fijo,
y que el destino nos lleve a algún lugar.
Algunas veces será el lugar donde nos conocimos,
lugar que todavía no supimos encontrar.

miércoles, 28 de marzo de 2007

La visita

Ese día nos despertamos tarde, cosa que no es común en nosotros. El mediodía olía a tilo, una lástima debido a mi alergia. Me quedé un rato en la cama mirando al techo, luego me dí vuelta hacia la derecha. Ahí estaba él durmiendo, con su pelo todo revuelto, su extremada blancura...las sábanas lo tapaban casi por completo, sólo podía verse una de sus largas y finas manos. Al verlo ahí recostado, tranquilo, sin saber que yo lo observaba, empecé a pensar en lo opuestos que somos...Él: alto, flaco, aunque no demasiado. A pesar de sus 20 años aparenta ser mayor que yo. Yo: de corta estatura, piel morena, ni gorda, ni flaca. Es un lindo contraste vernos juntos, una escala de valores andante.
Yo me guío y reacciono según la emoción que me domina en el momento, a él por el contrario lo gobierna la razón y tiene completo control sobre sus sentimientos. Ama los números, las computadoras, todo lo técnico y racional. Yo de eso no entiendo nada, más allá de que él se haya sentado miles de veces a tratar de explicarme. Él adora ver mis trabajos, pero no puede dibujar mejor que un niño de 5 años.
Pocas veces discutíamos, a pesar de las grandes diferencias que tenemos, no gracias a mí, ya que mi paciencia y mi carácter dejan mucho que desear, sino porque él no es un gran generador de conflictos: Ramiro pasa de cualquier discusión o problema donde se levante la voz. Creo que nunca peleé tan poco con una pareja. Hasta esta noche.
Todo empezó con un comentario sin importancia y tonto que él hizo sobre su “ex”, y los celos, como siempre, hicieron estragos en mí...Empecé levantando la voz, y terminé gritando, cosa que él detesta. Él seguía callado, sentado en el rincón, contra la ventana....parecía tan sereno, tan calmo, que mis gritos fueron en aumento. Hasta que lo logré, logré sacarlo de quicio. No dijo una sóla palabra, tan sólo levantó la vista y me miró directo a los ojos: era una expresión nueva, nunca lo había visto así.
Me callé automáticamente, esta acción me descolocó por completo: no logré captar el sentimiento real, pero fuera cual fuere, nunca creí que podía despertar esa mezcla se sensaciones horribles en una persona. Nos quedamos así durante un rato hasta que finalmente no pude mantenerle más la mirada, bajé la vista y comprendí que había perdido.
Se dio vuelta y se quedó mirando por la ventana. Y yo, parada ahí, furiosa y frustrada por no poder seguir peleando, herida por la sensación de derrota, me quedé mirándolo, esperando algún tipo de reacción que me demostrara que todavía le corría sangre por las venas, que no era una máquina, igual a esas que se pasa arreglando todo el tiempo...Pero nada. Estático, inmóvil en su asiento de vencedor.
Convengamos que la situación ya era mala y no había posibilidad de retorno, pero mi orgullo estaba desenfrenado, no lo podía controlar, me estaba usando como un títere y yo quería jugar. Me acerqué y le pegué despacito en la cabeza, mientras le decía:
- Te la pasás tanto tiempo entre máquinas que ya te convertiste en una de ellas...¡No tenés reacción! ¿Cómo podés quedarte ahí tan tranquilo mirando para afuera?
Sabía, dentro mío que esto era tirar de la cuerda demasiado, que no tenía razón. Pero aún así no me importaba, quería que él se sintiera tan miserable como yo. Rama sonrió y me dijo en un tono parejo y ajeno a la conversación:




- Yo tendré 20 años, pero la actitud infantil la tenés vos. Espero poder llegar a los 24 con un poco más de madurez mental que la tuya.- Terminando de decir esto volvió a mirar hacia afuera.
- Morite - le contesté - Ojalá que te mueras. Y tu muerte va a pasar así, como tu vida, sin penas ni glorias.- Dí media vuelta y me fui a acostar.

Cuando vino al cuarto a dormir, quería abrazarlo y decirle que era mentira todo lo que le había dicho, que me perdonara por lo infinitamente celosa y molesta que soy, que tenía razón. Pero continué siendole fiel a mi orgullo. Lo sentí suspirar, apagar la luz...y me quedé dormida.
Esa noche tuvimos una visita.

Me desperté de un sobresalto, desorientada a las 3 de la madrugada. Miré al lado mío, Rama seguía durmiendo. El corazón me latía, desbocado. Me incorporé y me quedé un rato así en la oscuridad tratando de tranquilizarme. Tenía la boca reseca, así que fui a la cocina para tomar un vaso de agua.
Estaba guardando el agua en la heladera, cuando oí un minúsculo, casi imperceptible ruido en nuestro cuarto. Pensé que se había levantado y no quería verlo porque iba a tener que pedirle perdón y estaba demasiado cansada para eso, prefería hacerlo mañana por la mañana.
Otra vez... Parada inmóvil en la oscuridad, traté de escuchar mejor, agudizar un poco el oído...
De nuevo...era como el ruido que hacen las cortinas cuando hay viento y rozan el suelo. Era el sonido de una tela arrastrándose. Un escalofrío me recorrió toda la espalda y entendí porque: ese ruido no lo estaba haciendo Rama.
El corazón empezó a latir rápido nuevamente: era el miedo que me estaba dominando, pero no podía evitar ir hacia el cuarto.
Al entrar en la habitación, se me heló el alma: Un hombre alto, moreno, de facciones duras, fornido, vestido con ropas oscuras estaba parado al lado de la cama, mirando cómo Rama dormía, ajeno a todo lo que estaba ocurriendo. En sus manos llevaba unas tijeras, que al principio me costó reconocer.
No podía moverme, estaba paralizada. El hombre parecía no haberse percatado de mi presencia, hasta que habló, sin sacarle la vista de encima a Rama.
- Todos tenemos un determinado tiempo de estadía en la Tierra, tiempo prestado ...el de él ya está culminando.- Desvió su mirada hacia mí. Encendió la luz.- ¿Ves el hilo que cuelga de su cabeza?- preguntó. Su voz era grave y tranquila.
Miré sin entender. Al principio no veía nada, pero luego lo ví: un hilo delgado salía de su cabeza y se iba hacia arriba, como si fuera el cordel de los globos. Asentí .
- Cuando lo corte la vida de él se acaba acá. Pero no te preocupes, su muerte será una de las más bellas, no sufrirá para nada. Mucha gente desea dejar el mundo de esta manera: irse a acostar una noche, después de haber pasado un hermoso día junto a la gente que quieren, dormirse y no despertar más. Es una de las más buscadas, te lo aseguro...y no tan común - Seguía mirándome, explicándome de manera tan tranquila que se estaba llevando a mi Otra Parte y que ya no lo vería más.
Por fin pude hablar:



-¿Quién sos? ¿Qué querés?- mis palabras sonaban vacías y sentía que estaba en una pesadilla, que ya me iba a despertar...pero no fue así.
- Soy Átropos y quiero cortar su cordel –dijo, sonriendo, como si estuvieramos hablando de algo trivial.
Recordé la pintura de Goya “Las Parcas”...recordé un libro de Stephen King “Insomnia”...supe de que me hablaba...y no era nada bueno.
Comencé a temblar, las piernas se me aflojaban y no tenía de dónde sostenerme. ¿Qué podía hacer? Estaba hablando con la muerte sobre su trabajo, y tenía que convencerlo de que no lo llevara a cabo...¿Cuánto tiempo tenía? ¿Cómo discutir sobre este tema con algo que no razona, sólo cumple?
Recordé la discusión que habíamos mantenido Rama y yo antes de dormirnos. Recordé lo irracional que había sido yo. No hay forma de hacerme entrar en razón y lo lamenté profundamente. Si no puedo reaccionar como un ser humano que piensa, ¿Qué derecho tengo en pedirle a la muerte que lo haga?
No, no tenía que desesperarme, es lo peor que se puede hacer en una situación como ésta (¿Situación como ésta? ¿Cuán seguido ocurre una cosa así?)
- Debe de haber un malentendido...él tán sólo tiene 20 años... – mi voz era finita, llena de temor. No me importaba si era la muerte o un desquiciado que se había metido en nuestra casa con unas tijeras doradas y se hacía llamar Átropos. No me importaba si esta conversación estaba ocurriendo realmente o era un sueño. No me importaba si el cordel que colgaba de su cabeza era real o no, pero sí quería que se alejara de él y de Rama.
- No, no hay malentendido alguno. Su destino ya está escrito. Y yo vengo a terminar con mi trabajo.
Su voz, sin expresión alguna era incómodamente reconfortante. Me dí cuenta de que no había vuelta atrás...Iba a llevarselo y no había nada que yo pudiera hacer para impedirlo. Me iban a quitar lo más importante de mi vida, mi razón de existir y no podía luchar de ninguna manera. Me iba a quedar sola...terriblemente sola...ese pensamiento se hacía cada vez más grande y grande en mí. Me iba a morir de tristeza, nadie me iba a poder ayudar. El pánico se adueñó de mí: mis armas eran inútiles. Nunca fui convincente con las palabras. Nunca lo sería.
Y ahí comprendí todo. Seguía siendo el mismo ser egoísta y despreciable al cual Rama le había dirijido esa mirada. Seguía pensando en mí, no en él, anteponiendo mis sentimientos. Seguía siendo la marioneta de mis emociones. Pensé en lo que me había dicho Átropos: “Mucha gente desea dejar el mundo de esta manera: irse a acostar una noche, después de haber pasado un hermoso día junto a la gente que quieren, dormirse y no despertar más.” El día de Rama había sido de todo menos hermoso y era culpa mía.
- Llevame a mí –le dije – Si hay un cordel que cortar es el mío. Él está lleno de vida y es un alma pura, sin malos sentimientos dentro suyo. Yo estoy llena de rencor y resentimiento. Quiero tomar su lugar.
Átropos se quedó mirándome. Ahora el desorientado parecía ser él.
- No, mi niña...no entendiste nada...es el hilo de él el que vine a cortar, no el tuyo. De todos modos, es un lindo gesto de tu parte.
- Entonces, cortás el mío también...nos vamos los dos juntos o nada.
Me reí por dentro...que irónica la situación...¡Le estaba mostrando los dientes a la muerte! Le estaba ladrando, prácticamente.


Se sentó en la silla que estaba al lado de la mesa de luz de Rama. Lo miré...seguía durmiendo, su hilo todavía intacto. Átropos me miró, confundido
- ¿Estás dispuesta a tomar su lugar? ¿Porqué?
Sonreí, tristemente. Era como explicarle a un niño de dónde vienen los bebés. Era obvio que la muerte no puede experimentar ningún tipo de sensación. Menos el amor.
- Porque lo amo...y su vida es más importante que la mía - y volviendo a ser egoísta – No puedo vivir sin él. Soy débil, necesito de su compañía. Pero sé que va a estar bien sin mí. Y se que tiene muchas más cosas para dar que yo en este mundo – concluí. Miré a Átropos con los ojos llenos de lágrimas. – No te pido que me entiendas...sólo dejame tomar su lugar...te lo suplico.
Se quedó expectante, no sabiendo qué decir. Eran las 4:30 cuando se levantó, y se dirigió hacia el lado vacío de la cama, donde se sentó. Con un gesto me pidió que fuera hacia él. Asombrosamente me moví de manera rápida y me senté al lado suyo.
- ¿Estás segura de lo que me estás pidiendo? Me miraba fijo, anonadado.
Y por segunda vez en el día, bajé la vista.
- Sí –contesté. Levanté la mirada y volví a mirarlo, esta vez sin desviar mis ojos de los suyos. Era impactantemente interesante. Me zumbaban los oídos.
- Entonces...- dijo, levantando sus tijeras.
- Gracias – respondí.
- ¿Lista?
- Como nunca...
No sentí nada. Sólo una sensación reconfortante. Ví como Átropos se alejaba y me recosté. Abracé a Rama con fuerza, y sentí cómo me respondía con un abrazo, medio dormido.
- Perdoname – susurré.
- Está todo bien – contestó, dándome un beso en la frente – Todo va a estar bien.